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Foto del escritorRafa Delgado

El Señor de los Anillos: 10 años después


Hoy se cumple el décimo aniversario del estreno mundial de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, y aprovechamos la ocasión para rememorar cómo fue aquella primera sesión y que significó la película dirigida por Peter Jackson no sólo para la industria del cine, sino también en la cultura popular de aquella época.

«El mundo ha cambiado. Lo siento en el agua… Lo siento en la tierra… Lo huelo en el aire… Mucho se perdió entonces, pero nadie vive ahora para recordarlo…»

Nos separa una década desde la primera vez que pudimos escuchar estas palabras en una sala de cine. Aunque nos cueste creerlo, hoy se cumplen diez años desde que se estrenara La Comunidad del Anillo, el primer capítulo de una trilogía que, durante los siguientes tres años, tuvo embelesados a millones de espectadores de todo el mundo.


Personalmente, recuerdo con especial cariño aquél día y aquella época en la que me encontraba en plena adolescencia. No era un seguidor de la obra de J.R.R. Tolkien ni lo sigo siendo, y desde luego no seguí con atención el rodaje de la trilogía que en los años previos tuvo a Peter Jackson y a medio Internet en vilo. Recuerdo cierta preocupación por el resultado final de las películas por imágenes robadas de la grabación que, a simple vista, no tenían muy buena pinta; prejuicios que se fueron por donde vinieron cuando se estrenó el tráiler de avance de la trilogía a finales del año 2000. Pero no fue hasta el lanzamiento de los varios tráilers que estrenaron de la primera película que no empecé a interesarme por ella y todo aquél universo.


Así pues, iba al estreno de La Comunidad del Anillo con relativa ignorancia, pero con el suficiente hype como para adquirir las entradas de forma anticipada, e ir a la sesión con toda la tropa de amigos, los cuales sí eran seguidores y lectores apasionados de Tolkien. Sin embargo, aquella proyección a las siete de la tarde no la olvidaré jamás, como tampoco se me olvidará ni volveré a experimentar un ambiente en una sala de cine (llena hasta la primera fila) tan característico como aquél. Además, se iba a estrenar el nuevo tráiler de Star Wars: Episodio II El Ataque de los Clones en castellano, y eso para un fanático de la saga galáctica como lo era yo con catorce años, era el no va más.



Pronto me vi sumergido en la Tierra Media. El prólogo narrado por Galadriel (Cate Blanchett), la batalla de Mordor y el viaje del anillo a las manos de Gollum (Andy Serkis) y posteriormente a las de Bilbo Bolsón (Ian Holm). La llegada de Gandalf el Gris (Ian McKellen) a Hobbiton y su reencuentro con Frodo (Elijah Wood). Bolsón Cerrado, la fiesta de cumpleaños de Bilbo, los fuegos artificiales y el inicio de la historia que duraría una trilogía.


La proyección fue inmejorable. Casi tres horas después y el dramático desenlace del primer capítulo de la saga, recuerdo que todos los allí presentes, tras estar durante todo el metraje absorbidos por el misterio, la aventura y la mitología, dedicamos un entusiasta aplauso mientras pasaban los créditos finales y sonaba de fondo el tema principal del film, interpretado por Enya. Todos, incluso los que nos topábamos con la Tierra Media por primera vez en nuestras vidas.


De pronto hubo un punto de inflexión en cines de todo el mundo. Lo que Peter Jackson hizo con la obra de Tolkien podrá gustar más o menos, pero lo que sí es cierto es que inauguró una tradición en la que los siguientes tres años no podía faltar El Señor de los Anillos en nuestras navidades, tanto en el cine como en casa, con el lanzamiento de las versiones extendidas en DVD de las películas un año después.


En enero de 2002, al mes siguiente de estrenarse La Comunidad del Anillo, la película recibió trece nominaciones a los Oscar, incluida Mejor Película y Mejor Director. Acabó ganando cuatro de ellos, todos técnicos, pero el género fantástico por fin se hizo un lugar en la Academia de cine de Hollywood, un hecho que llegaría a su culminación con los once Oscars que El Retorno del Rey acabó ganando a principios de 2004. Si tenemos en cuenta los dos galardones que recibió Las Dos Torres, la saga llegó a su final con diecisiete estatuillas doradas en su poder.


La anillomanía quedó desatada en todos los rincones de nuestra sociedad y cultura. De pronto, los libros llegaban a los primeros puestos de los más vendidos, el merchandising poblaba las tiendas y los medios hablaban de un tema que unos meses atrás estaría relegado a círculos cerrados especialmente dedicados a ello. Frodo, Gandalf y el resto de la compañía se volvieron populares, y muchos miembros del reparto (como Viggo Mortensen, Cate Blanchett, Orlando Bloom o Dominic Monaghan) dieron su salto a la fama gracias a la saga.


Más allá de su calidad cinematográfica, el vínculo que Peter Jackson construyó entre la trilogía de El Señor de los Anillos con los espectadores de medio mundo quedó reflejado no sólo en la recaudación global de la franquicia (2.047 millones de euros aprox.), sino en su fidelidad en los tres años siguientes. Tanto la asistencia a los cines como la entrega del patio de butacas a la historia aumentaron en cada película, y el entusiasmo general era total una vez llegado al final del metraje.


Hoy, diez años después, nuestra visión tanto de La Comunidad del Anillo como de Las Dos Torres y El Retorno del Rey habrán envejecido de un forma u otra, para mejor o peor. Lo que es innegable para algunos de nosotros es lo que fue, cómo nos emocionamos, el sufrimiento que experimentamos, y el alivio que sentimos una vez el anillo fuera destruido en el Monte del Destino, allí donde fue forjado. A pesar de la duración de su metraje, la trilogía de El Señor de los Anillos consiguió establecer un acontecimiento y un fenómeno únicos e irrepetibles, que muy pocas películas y/o franquicias han sabido imitar una década más tarde.

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