Como franquicia multiplataforma, a Star Wars se le suele pedir un nivel de calidad que, seamos sinceros, nunca ha podido alcanzar. Soy un fan acérrimo de la saga desde los doce años, y a mis treinta y tres ya las he podido ver de todos los colores: empezando por las precuelas, pasando por las series animadas de Dave Filoni, varios videojuegos, cómics y novelas, y por supuesto, la trilogía de secuelas. A la serie se le podrán achacar tantas cosas que no acabaríamos de discutir en la vida (prueba de ello es uno de los fandoms más polarizados que Internet haya tenido la santa paciencia de soportar en su historia), pero su honestidad es una constante en la mayoría de sus productos.
Esta nueva etapa todavía en pañales, la de Disney+ y el fenómeno The Mandalorian (o fenómeno "baby Yoda", mejor dicho) no es para nada distinta a las demás. En su primera temporada, estrenada hace ya un año, dejó bien clara su naturaleza desde el primer capítulo: el serial de domingo por la mañana para todos los públicos. Y como todas las series, ha tenido desde entonces sus más y sus menos. Pero siempre ha estado a la altura de lo que proponía, e incluso creo que se ha contenido.
En segundo capítulo de su segunda temporada, estrenado esta mañana bajo el título The Passenger, sigue con esta tónica ya establecida de aventuras espaciales independientes a la trama principal. A estas alturas de la película, o lo tomas o lo dejas, que ya vas bastante tarde. Porque queda claro desde hace tiempo que The Mandalorian no es Juego de tronos, ni tiene ni se ha imaginado en su vida dicha aspiración. Es así de brutalmente honesta.
Reconozco que podían dedicarnos aún más aperitivos de la trama principal de la serie en capítulos que van tan a su bola como The Passenger, porque la espera para el tercero se ve un pelín cuesta arriba. Sin embargo, no creo que sea un problema demasiado relevante para el mandaloriano custodio de la nueva gallina de los huevos de oro para Disney. The Passenger es un capítulo entretenido y francamente divertido (con una dosis extra de "baby Yoda"), pese a que argumentalmente sea bien poquita cosa ya no solo dentro de la trama principal, sino como capítulo independiente propiamente dicho. Además, sigo en shock al comprobar que no han reparado en gastos a la hora de cuidar todo aspecto visual que vemos en pantalla, sin bajar en absoluto el listón técnico del anterior capítulo.
En aspectos generales, si por lo que se intuye el Razor Crest mantiene el vuelo a la altura de su primera temporada, aumentando la apuesta aún más a tenor de las nuevas incorporaciones de las que ya tenemos constancia... todo estará bien en esta galaxia muy, muy lejana.
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